Ningun conocimiento se nos da si no existe en nosotros la voluntad de conocer, ninguna droga nos salva si no queremos ser salvados.
"La experiencia más hermosa que podemos tener es lo misterioso. Es la emoción fundamental de la que
nace todo arte y ciencia verdaderos. Quien no la conozca y ya no pueda sorprenderse ni maravillarse, es
como si estuviera muerto y sus ojos estuvieran cerrados"
"Nada de lo que escuches, sin importar quien lo diga.
Nada de lo que leas, sin importar dónde esté escrito.
Nada debes aceptar, sin previo discernirlo.
Y por ti mismo, deberás decidir su validez o no.
¡Investiga!"
miércoles, 16 de abril de 2014
miércoles, 9 de abril de 2014
martes, 8 de abril de 2014
Cómo el miedo al vacío programa nuestra realidad
Nuestra civilización tiene pánico del vacío. Pero si queremos conocernos y recrearnos debemos de reconciliarnos con el vacío: buscar el silencio y la oscuridad.

Cámara anecoica
En otros tiempos se decía: la Naturaleza tiene horror del vacío; es preciso decir: la Naturaleza está enamorada del vacío. -Eliphas Levi.
Vivimos en la era de la
hiperestimulación informativa: en cualquier punto al que volteemos en
nuestras pantallas, en nuestras habitaciones o en los cielos de las
grandes ciudades nos asaltan innumerables códigos, etiquetas, rótulos y
demás íconos parte de un lenguaje publicitario que se asemeja a la
invasión de un virus. Asimismo, el espacio está inundado por una plétora
de ruidos paralelos: el andar del vecino, el camión de la basura, el
ladrido de los perros, un estéreo itinerante, el irritante pop-up
musical de una ventana en nuestro navegador… El mundo moderno ha volcado
su temor al vacío buscando rellenar el espacio de materia
consumible/información materializada. La información es tanta que no la
podemos procesar conscientemente pero su contenido sigue corriendo en
nuestro inconsciente —como si tuviéramos un ejército intruso acampando
debajo, en unos pozos subterráneos, minando nuestras tierras.
jueves, 3 de abril de 2014
11 recomendaciones para tener sueños lúcidos
Los sueños lúcidos siguen siendo, para muchos, una especie de seductor mito; pero lo cierto es que con un poco de dedicación son fácilmente accesibles.
La responsabilidad comienza en sueños.
w.B. Yeats
Confiad en los sueños porque en ellos se esconde la puerta de la eternidad.
(Khalil Gibran, El Profeta.)
Confiad en los sueños porque en ellos se esconde la puerta de la eternidad.
(Khalil Gibran, El Profeta.)
El mundo de los sueños intriga tanto,
entre otras razones, por su naturaleza paradójica. Por un lado es un
carnaval de misterios, con escenarios multiformes, una temporalidad
flexible y aparentemente caótica, y una fusión de nociones emocionales,
culturales, y arquetípicas. Pero por el otro es un acompañante
cotidiano, siempre están ahí, los sueños, en todas las etapas de nuestra
vida, en todas las culturas y estratos sociales. Tan lejos y tan cerca.
La posibilidad de obtener conciencia
dentro de un sueño es una oportunidad increíble para honrar no solo el
espíritu lúdico –pues te permite, por ejemplo, volar a voluntad–, sino
que representa una herramienta poco usual y muy efectiva en el
autoconocimiento, además de poseer notables propiedades
psicoterapéuticas. Si en los sueños los elementos son símbolos, y
representan sentimientos, episodios de nuestra historia individual,
deseos silenciados y otras manifestaciones puntuales de la psique,
entonces el interactuar conscientemente con ellos se traduce en un
frugal instrumento de desarrollo personal.
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