Ningun conocimiento se nos da si no existe en nosotros la voluntad de conocer, ninguna droga nos salva si no queremos ser salvados.


"La experiencia más hermosa que podemos tener es lo misterioso. Es la emoción fundamental de la que
nace todo arte y ciencia verdaderos. Quien no la conozca y ya no pueda sorprenderse ni maravillarse, es
como si estuviera muerto y sus ojos estuvieran cerrados"

"Nada de lo que escuches, sin importar quien lo diga.
Nada de lo que leas, sin importar dónde esté escrito.
Nada debes aceptar, sin previo discernirlo.
Y por ti mismo, deberás decidir su validez o no.
¡Investiga!"


lunes, 3 de marzo de 2014

El viaje de tu vida

Nuestra capacidad para lograr cosas extraordinarias está condicionada por la facilidad de esquivar el inconsciente colectivo. Ernst Jünger concibió en 1970 el término psiconautas, navegantes de la conciencia. 

 

 

Los psiconautas están interesados en incrementar su comprensión y expandir su conciencia y para ello utilizan su cuerpo como un laboratorio en el que experimentar con su percepción usando técnicas de trance de origen religioso, tradiciones ceremoniales de diferentes tribus del mundo, psicoactivos o simplemente experimentando por intuición, respiración alterada, la frecuencia del tambor y otros.

El psiconauta explora la psique para mejorar ciertas capacidades psicológicas, conocer el potencial espiritual o mental del hombre y acercarse a la comprensión del universo y de sí mismo por medio de la observación y alteración de su conciencia, fenómeno antiquísimo y más prosaico de lo que el rimbombante nombre –alteración de la conciencia– supone. La espiritualidad es una cualidad intrínseca del ser humano, tan inevitable como el dormir, el comer o hacer sus necesidades.

Extraordinarios talentos intelectuales y artísticos nos han brindado sus frutos geniales (Aldous Huxley, Salvador Dalí, Carlos Castaneda, Ram Dass, Jimmy Hendrix… entre otros muchísimos) gracias a la exploración interior de sus conciencias. Alicia, el personaje del libro "Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas" y arquetipo de psiconauta, es mi favorita. Adoro a Alicia. La amo. Y me apasiona particularmente la versión cinematográfica de Alice Liddell en la película de Tim Burton que recrea y continúa la historia original. Alicia encarna la parte más heroica de todos nosotros, la más pura, la Libertadora. Es una niña rubia, y como dijo Jesús, "dejad que los niños se acerquen a mí", refiriéndose a que sólo una mente inocente, libre de prejuicios, de dogmas y de creencias preconcebidas –una cabellera rubia, simbólicamente– puede entrar en el reino de los cielos, en otras dimensiones más allá de lo físico y en donde tiene su origen lo físico y se hallan las leyes que gobiernan el mundo de la materia. Lewis Carroll es el seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson, matemático y lógico, escritor de la obra que toda ella es un desafío a la lógica y al mundo de lo posible. Las aventuras de Alicia son una representación de lo que puedes experimentar durante un viaje chamánico, de lo que nos encontramos en el Mundo de Abajo: animales que hablan, cambios de forma y tamaño, desafío a las leyes físicas, mimetización con tu animal de poder, criaturas míticas, revelaciones del Ser…

Es natural anhelar lo imposible, pero tenemos incrustadas numerosas creencias sobre lo que se puede y no se puede hacer. El inconsciente colectivo, la realidad de consenso, sólo acepta hechos, esto es, datos científicos disponibles almacenados en su memoria. Tanto el conocimiento científico como el pensamiento actual son productos del mismo inconsciente colectivo; y el simple hecho de que mil millones de personas no aceptaran hace un siglo que el hombre podía volar, hacía que esta ocurrencia fuera imposible. Pero esos mil millones de personas estaban equivocadas. Es cuestión de percepción y de creencia.

Nuestra capacidad para lograr cosas extraordinarias, para hacer milagros, está enteramente condicionada por la facilidad y rapidez con la que esquivemos el inconsciente colectivo. Lo que nos frena es nuestro apego al inconsciente colectivo, a los patrones de creencias del mundo. Este apego, que aceptamos al nacer, es el principal reto que tenemos en la vida; de aquí que nuestra meta espiritual sea elevarnos por encima de él. Para formar parte de una conciencia superior hay que abandonar el lugar donde te encuentras ahora mismo y adentrarte en lo desconocido. Esto da lugar a que todos los relatos del camino del iniciado, el viaje del héroe, el viaje interior, hablen de soledad, ya que a medida que te alejas de la antigua energía, vas notando una sensación de pérdida. Los milagros no son lógicos.

Tendrás que empezar a elevarte por encima de esta conciencia colectiva e ir a otras dimensiones: otros mundos interiores o viajes interiores. Es la búsqueda del Santo Grial o la matanza del dragón: el día glorioso en que Alicia se enfrenta y da muerte al Galimatazo. Estos viajes tienen una realidad interna y una manifestación externa en lo físico y cualquier cosa que puedas concebir forma de hecho parte de ti en el momento presente. La circunstancia de que aún no lo tengas en la mano es irrelevante. Sea lo que sea que concibas, está en un estado de progresivo devenir. Nadie entra en el reino de los cielos que lleva dentro hasta que no haya domeñado el dragón de la negatividad heredada del inconsciente. Es el eterno conflicto entre el corazón, que representa nuestros sueños y deseos, y la razón, que sentencia lo que es posible y lo que no. ¡Que le coooorten la cabeza!

Encima de la seta gigante, Alicia encuentra a una oruga azul sentada y fumando un narguile. La Oruga, de manera prepotente, interroga a la niña sobre su identidad. Ésta no pudo responder de una manera sencilla, pues consideraba que, tras haber cambiado de tamaño varias veces, su propia identidad se había perdido y en ese momento ella misma ya no sabía quién era.

¿Y tú?

Fuente: Tu-mismo

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