Cuando uno quiere entender un motor, debe desarmarlo para poder comprender la función que cumple cada pieza para todo el conjunto.
Cuando uno quiere conocerse a sí mismo debe aprender a desarmarse y explorar todas sus piezas psicológicas y emocionales para poder entender la función que cumplen en su vida.

La meditación es una dinámica para
liberar la conciencia de la incesante actividad del pensamiento. La
mente es inquieta por naturaleza y siempre está proyectando todos los
contenidos que ha acumulado en el pasado. Esta agitación inconsciente
limita nuestra percepción de la realidad, genera tensión y condiciona
todas nuestras acciones. La meditación es una forma de abordar, entender
y resolver esa problemática de la mente humana que es el origen del
sueño de la conciencia. Existen muchas clases de meditación. La clásica o
tradicional se basa en prestar atención a la inquietud de la mente,
evitando sumergirse en todos los pensamientos que van surgiendo de ella.
Cuando no hay identificación con los pensamientos, la mente se aquieta y
la conciencia se libera. Sin embargo, la libertad que ofrece esta clase
de meditación es “condicional” y se pierde una vez que volvemos a
enfrentarnos con los eventos de la vida. Existe otra clase de meditación
que no persigue la quietud de la mente sino la comprensión de su
actividad. Es la meditación del auto conocimiento o meditación
reflexiva. Esta meditación consiste en estudiar y cuestionar todos los
contenidos de la mente para poder entender su actividad desde las raíces
y alcanzar comprensión de los procesos psicológicos que se manifiestan
detrás de cada uno de nuestros actos.
Meditando podemos descubrir que muchas de nuestras tendencias, creencias, temores, prejuicios, manías, complejos, etc. Existen y permanecen en nuestra psicología porque jamás hemos cuestionado ni revalorizado sus fundamentos ilusorios, absurdos y contradictorios. Cuando observamos y comprendemos los procesos, vínculos y organización de nuestra estructura mental, no solo liberamos la conciencia de todas las cargas absurdas e innecesarias. También rescatamos la sabiduría y el entendimiento que nos puede ofrecer el estudio de la psicología humana. Por eso se dice que “La meditación es el pan del sabio”.
Meditando podemos descubrir que muchas de nuestras tendencias, creencias, temores, prejuicios, manías, complejos, etc. Existen y permanecen en nuestra psicología porque jamás hemos cuestionado ni revalorizado sus fundamentos ilusorios, absurdos y contradictorios. Cuando observamos y comprendemos los procesos, vínculos y organización de nuestra estructura mental, no solo liberamos la conciencia de todas las cargas absurdas e innecesarias. También rescatamos la sabiduría y el entendimiento que nos puede ofrecer el estudio de la psicología humana. Por eso se dice que “La meditación es el pan del sabio”.