Nuevos niños están naciendo. Son humanos diferentes, aunque no lo parezcan. Yo soy sólo uno de ellos, uno de los primeros. La humanidad está cambiando. La conexión con lo espiritual está más abierta. Todos los niños pueden ahora mantenerse unidos a su esencia. Los bebés lloran porque es muy difícil este planeta.
Un bebé trata de expresarse vía
telepática, pero no le funciona porque todo aquí es muy denso. Ve todo,
lo malo y lo bueno, lo falso y lo verdadero. En otros planetas uno ve lo
que quiere. Ver es una manera de decir, ya que no hay ojos físicos, uno
se focaliza en lo que le interesa y se puede cerrar cuando quiere. El
recién nacido está asustado, encerrado en la realidad física.
Extraña la unidad esencial de
donde viene, entonces se adhiere rápidamente a las personas que lo
cuidan. Traspasa a los padres el lugar del Ser Supremo. Los padres, si
creen sólo en lo material, lo involucran cada vez más en lo físico. Al
enseñarle a hablar, limitan su pensamiento. Los niños al crecer, van
perdiendo la conexión con su origen. Para ayudar a los chicos hay que
ayudar a los grandes. Si los padres están abiertos, van a cuidarlos sin
imponerles sus propias ideas, su visión del mundo. Lo principal es
darles espacio, darles tiempo, dejarlos pensar, dejarlos que hablen.
Los humanos aprenden a usar un
solo punto de vista, el cotidiano que sirve para lo físico y para vivir
en sociedad. Los niños, al jugar practican esta realidad. Seguir abierto
es mantener otros puntos de vista. Por ejemplo, el punto de vista
Exterior es “ver” desde fuera de la Tierra y, más aún, desde fuera de la
parte manifestada del Universo. El punto de vista Central es “ver”
desde el Núcleo, esencia energética de Dios. El punto de vista Interior
es “mirar” desde dentro del núcleo interno del propio ser, y ver el
núcleo de otros seres. A los niños se les hace practicar sólo el punto
de vista Cotidiano. Entonces limitan el uso de sus ondas mentales y
aprenden a focalizarse en el plano físico. Es como usar apenas una
partecita de una computadora.
Una vez que están programados de
esta manera, es difícil que se abran, pueden confundirse. Hay que tener
mucha paciencia para reabrir la conexión espiritual. La mayor parte de
los seres humanos viven toda su vida olvidados de la totalidad. La
unidad superior la mantienen cuando son bebés y a veces la recuperan
poco antes de morir. Buscan la felicidad externa porque pierden la
interna. Sufren por los deseos y también por la adicción a otros seres
humanos. Un niño nuevo sabe que es parte de la Totalidad. Si se le
quiere enseñar la idea de “mío” se confunde, cree que todo es de él. Hay
que dejarlo compartir.
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este es un chanta cualquiera,todo saben que fue la madre que lo programó mentalmente desde chico y el repetia como un loro.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Cada cual que decida lo que toma y lo que no, sea chanta o no, para mi hay cosas con las que sintonizo y con eso me quedo.
EliminarUn saludo.