Las ondas cerebrales de un monje budista francés han hecho que la ciencia honorariamente lo nombre el hombre más feliz del mundo.
La felicidad no es una “pistola caliente“, es una onda cerebral gamma. Tampoco es una gran cuenta de banco, se parece más a un estado de paz mental.
Las ondas cerebrales de Matthieu Ricard,
un investigador francés que se convirtió en un monje budista muy
cercano al Dalai Lama, fueron medidas por Richard Davidson de la
Universidad de Wisconsin. Usando 256 sensores electroencefalográficos,
Davidson encontró una extraordinaria cantidad de ondas gama, ligadas a
la conciencia, la atención y la memoria. Sus escaneos también revelaron
una sobresaliente cantidad de actividad en córtex prefontal izquierdo,
una zona que los neurocientíficos han ligado a la felicidad y a una
reducida propensión a la negatividad. Estas mediciones no tendrían
parangón en la literatura científica.
Todo esto le ganó a Matthieu Ricard el
título no-oficial del hombre más feliz del mundo. Y aunque quizás otros
hombres, con otros aparatos de medición podrían producir ondas
cerebrales similares, lo significativo del caso es observar y entender
los efectos que tiene la meditación y el trabajo de la compasión en el
cerebro humano. Recordar este caso, de felicidad a través de la claridad
de una intención de paz mental, siempre es útil.
Fuente: PijamaSurf
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