Ignorancia, rechazo y revelación...
Son los tres estadios que recapitulan el sendero entre creer una
mentira y captar la verdad. Consideradlos como una secuencia de un
problema-reacción-solución hacia los confines divinos.
Rechazo.
El rechazo ocurre cuando, al vislumbrar todas las falacias del primer
estadio, se queda uno conmocionado, perdiendo equilibrio y perspectiva.
Este estadio necesita del intelecto, pero adolece de ausencia de
intuición. El rechazo es tan solo la inversión lógica del primer estado,
su imagen en negativo, por así decir.
Revelación. La revelación es cuando se pueden ver los engaños del primer estadio, los defectos en el entorno del segundo estadio, y la verdad constructiva que se halla más allá de ambos. Esto requiere tanto del intelecto como de la intuición; el intelecto para ver las falacias, y la intuición para que el conocimiento intuitivo nos lleve a un nivel más elevado de comprensión.
La mayoría de personas no llega a trascender el primer estadio,
y en lugar de eso existen como corriente principal de portavoces del
Sistema de Control de la Matriz. Muchos de ellos carecen de los chacras
más elevados, por lo que son incapaces de llegar al estadio de
revelación. Otros se hallan simplemente demasiado ocupados en la
supervivencia del cuerpo y del ego para preocuparse en marear la perdiz o
hacer olas.
Luego están los listos que despiertan del
primer estadio. Piensan que son lo suficientemente inteligentes para ver
las imperfecciones en alguna institución principal o en algún sistema
de creencias. Quienes se quedan anclados en el rechazo tienden a
zambullirse en el cinismo, el escepticismo y la negatividad, porque toda
su energía está dedicada a arrancar las malas hierbas en lugar de en
plantar semillas. Es, en efecto, la imagen en negativo.
Durante este segundo estadio las personas se encuentran conmocionadas emocionalmente y frustradas, lo que les hace vulnerables. Lo impactante puede aturdir al intelecto y hacer que adopte un punto de vista inmaduro binario del tipo de que si algo es falso, entonces su opuesto lógico debe ser verdad. Por ejemplo, quienes despiertan de las mentiras del catolicismo, pero se quedan inmovilizados en el segundo estadio, tanto pueden convertirse en furibundos ateos como en satanistas, cambiando una estupidez por otra.
Durante este segundo estadio las personas se encuentran conmocionadas emocionalmente y frustradas, lo que les hace vulnerables. Lo impactante puede aturdir al intelecto y hacer que adopte un punto de vista inmaduro binario del tipo de que si algo es falso, entonces su opuesto lógico debe ser verdad. Por ejemplo, quienes despiertan de las mentiras del catolicismo, pero se quedan inmovilizados en el segundo estadio, tanto pueden convertirse en furibundos ateos como en satanistas, cambiando una estupidez por otra.
En el tercer estadio es cuando se
ha dado la vuelta a todo el círculo. Los ateos pueden creer de nuevo en
una deidad superior, pero que no se parezca en nada a lo que ha sido
divulgado por las principales corrientes religiosas. Aquellos que
rechazaron la superficialidad, ingenuamente positiva, de la Nueva Era en
favor de una “objetividad” cínica, pueden creer de nuevo en el valor de
la positividad, pero en esta ocasión sólo cuando está unida a una
conciencia despierta.
Estos estadios son por tanto tres puntos en
una espiral helicoidal en la que recorrer la totalidad de sus 360
grados nos deja en el inicio del próximo giro, pero un punto más
elevado. Se empieza en el grado 0, la ignorancia, se corre tontamente
hacia el punto opuesto a 180 grados, el rechazo, y luego se completa el
ciclo de 360 grados, la revelación. Esto es la ascensión, la elevación
cíclica de la conciencia a través de manifestaciones cada vez menos
distorsionadas del mismo arquetipo.
Para aquellos que poseen mentes en dos
dimensiones, 360 grados son 360 grados, y los elementos que se derivan
de la revelación les parecen tan sin sentido como los elementos que se
hallan enlodados en la ignorancia. Por eso es que se dice que el Buscador recorre el Camino del Loco.
Quienes tienen sabiduría son vistos como locos por cualquiera que,
obstinadamente, ocupe una posición de rechazo en los 180 grados.
Desgraciadamente la mayoría de la humanidad
está contaminada con una visión de la realidad en dos dimensiones y
binaria, y eso les hace totalmente vulnerables al Sistema de Control. El
mal tiene dos brazos... si te alejas de uno pero te quedas cerca del
otro, te dará un zarpazo con el otro. La desinformación toma muchas
formas, pero en general cae en dos categorías principales:
-
La programación directa de quienes se hallan en el primer estadio, y
-
La distracción y captura de quienes se hallan en el segundo estadio.
Para los intelectuales, la desinformación
requiere asociar el tercer estadio con el primero, debido a su
similaridad angular, y luego descartar el tercero junto con el primero,
colocando su opuesto angular, el estadio de rechazo, en el pedestal.
Cualquier mentira puede ser vendida como verdad cuando se la compara con
los defectos – deficiencias- de otra mentira.
No hay probabilidades de subir por la
espiral si no se llega a completar el círculo completo. Desde luego,
esto es lo que quiere el Sistema de Control. Completar demasiados
círculos en espiral podría sacar a la gente de la prisión. Por eso es
que se mantiene a las personas en los puntos de 0 grados a 180 grados, o
de una dicotomía falsa donde las haya.
Ascender por la espiral puede suceder
únicamente cuando se utilizan tanto la cabeza como el corazón, (el
intelecto y la intuición). No basta con ver qué está equivocado en lo
viejo, lo mejor es que la revelación interna debe también abrirnos los
ojos a lo nuevo.
Fuente: FreeNews
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