Un experimento realizado con roedores expuestos a un fuel similar al del vertido del buque Prestige –ocurrido hace casi una década– demuestra que la exposición al combustible por inhalación provoca daño en el material genético. Según el estudio, liderado por la Universidad de A Coruña, los resultados podrían extrapolarse a las personas que participaron en las labores de limpieza de las costas. El juicio por la catástrofe medioambiental comenzará el próximo 16 de octubre.
Para confirmar los efectos en la salud provocados por la exposición al fuel en esta y otras circunstancias, un equipo de investigadores de la Universidad de A Coruña hicieron un experimento con dos cepas diferentes de ratas y una cámara de inhalación especialmente diseñada para producir la exposición al fuel.
Los animales estuvieron expuestos –dos horas por día, cinco días por semana– a un fuel de composición similar al vertido del Prestige. Su estudio se publica ahora en Journal of Toxicology and Environmental Health.
“La inducción de daños en el material genético, así como el desarrollo de distintas dolencias de tipo respiratorio, ya había sido previamente descrita en las personas que participaron en las labores de limpieza del vertido”, aclara a SINC Vanessa Valdiglesias, investigadora en la Unidad de Toxicología de la Universidad de A Coruña, institución que, junto al Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña, ya había intentado describir los efectos del vertido en la salud.
El trabajo en ratas demuestra la relación directa entre la
exposición por inhalación a los compuestos emanados por el fuel y el
daño en el material genético.
“Sin embargo –continúa Valdiglesias– en estos trabajos las medidas de
exposición ambiental fueron escasas o inexistentes, con lo que
resultaba difícil atribuir los efectos observados directamente a la
exposición al fuel”.El nuevo trabajo en ratas demuestra la existencia de una relación directa entre la exposición por inhalación a los compuestos emanados por el fuel y el daño en el material genético. Para analizar las posibles alteraciones en el ADN y en sus procesos de reparación, los investigadores extrajeron muestras de sangre a cada animal y las sometieron a test citogenéticos.
Los resultados fueron claros: la exposición a fuel por vía inhalatoria induce daño en el ADN en ambos tipos de rata –que reaccionaron con una susceptibilidad diferente a los compuestos del fuel–, y también alteraciones en los procesos de reparación de ADN.
Inhalación en gasolineras, pozos y refinerías
El grupo de investigadores evaluó el daño en el ADN a nivel global y, de forma más específica, el daño oxidativo, con objeto de guiar las decisiones diagnósticas y terapéuticas para el cuidado de los afectados por la exposición al fuel, en cualquier circunstancia. “Esto incluye tanto la realización de actividades ocupacionales –pozos de extracción, refinerías, gasolineras, etc.– como las labores de limpieza tras vertidos accidentales”, especifica la autora principal.
Valdiglesias propone informar correctamente del riesgo que supone una exposición de este tipo para la salud. “Considero relevante la coordinación y la organización en general de las labores de limpieza y recuperación de la zona afectada”, añade la investigadora.
Pero, en su opinión, lo más importante es seguir las instrucciones facilitadas por personas cualificadas en cuanto al equipamiento de protección personal a utilizar en cada caso –como el uso de mascarillas, guantes y monos– y emplearlo correctamente.
A esto se añade el que determinados grupos de riesgo, como los niños, las embarazadas y las personas con alguna enfermedad cardiorrespiratoria “deberían evitar en medida de lo posible la exposición a fuel”, concluye.
Fuente: AgenciaSinc
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