Expertos advierten que incluso en caso de cerrar las instalaciones nucleares ahora, las consecuencias podrían ser muy graves
Mientras millones de personas se preparan para quedarse sin electricidad en EE.UU., una veintena de instalaciones nucleares en el país corren el riesgo de ser arrasadas por el huracán Sandy que, según se prevé, alcanzará proporciones épicas en las próximas horas.
Es tarde para detener las plantas
Arnie Gundersen, ingeniero jefe de la empresa de consultoría de energía Fairewinds, destacó que en la trayectoria del huracán se encuentran 26 plantas nucleares. Al mismo tiempo, el experto advirtió que incluso en caso de cerrarlas ahora, las consecuencias podrían ser muy graves.
Gundersen explica que "ya es demasiado tarde", ya que en caso del azote de las fuertes tormentas como Sandy, las instalaciones paradas son capaces de contener peligrosos materiales radiactivos en sus piscinas de refrigeración durante unos días.
¿El guión de Fukushima?
"La planta puede soportar vientos relativamente fuertes, pero la red de transporte, es decir, las torres de transmisión por todos los estados, no puede", afirma Gundersen. "Entonces, lo que posiblemente pasará es que las líneas de energía caigan y la planta sufra lo que se llama la pérdida de energía desde fuera", lo mismo que sucedió en Fukushima, sostiene el experto."En los próximos dos días van a escuchar: 'hemos cerrado la planta', pero lo que realmente significa es que se ha detenido la reacción en cadena. No obstante, Fukushima nos enseñó que este hecho no para el calor. Todavía hay un 5% de la energía de la planta que no desaparece cuando ella se apaga, y entonces se necesita el diesel para mantenerla refrigerada", explica el experto.
Actualmente el huracán Sandy, que se encuentra a unos 415 kilómetros al sudeste de Nueva York, se fortaleció al aumentar sus vientos máximos sostenidos a 150 kilómetros por hora y amenaza la costa noreste de EE.UU. con un peligroso oleaje. Las autoridades ya informaron que mientras que en Nueva York, el nivel del agua se elevaría unos 3,5 metros, inundando algunas zonas del Bajo Manhattan, existe el riesgo de que queden bajo el agua los túneles del metro y se vean afectadas también las líneas eléctricas, telefónicas y de Internet.
Fuente: RT
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