Un “cisne negro” es en este caso, para el que no lo sepa, la denominación que utilizó el investigador financiero Nassin Taleb para referirse a todos esos eventos raros, improbables, y con alto impacto socio-político-económico.
Algunos ejemplos de cisne negro son el 11-S 2001 (atentados EE.UU.), el 11-M 2004 (atentados en Madrid), 15-S 2008 (la quiebra de Lehman Brothers. Pistoletazo de salida a la crisis en 2008), el otro 11-M (terremoto 9.3 en Japón), y el actual 29-O (la llamada “frankstorm”).
Es bueno recordar y aplicar la fórmula
lógica que Sir Arthur Conan Doyle nos regaló en boca de su personaje
Sherlock Holmes: “When you have eliminated all which is impossible, then
whatever remains, however improbable, must be the truth” (Cuando se ha
eliminado todo lo que es imposible, lo que queda, por improbable que
parezca, debe ser la verdad).
Por mucho que no queramos ser consecuentes con lo sabido, y aunque queramos olvidar que han existido Gladio’s, GAL’es, y otras muchas ilegalidades y conspiraciones descubiertas en las cocinas del sistema, y que convierten a las clases dirigentes y a todo lo que rodea una gran parte de la política en una basura; no acabamos de ser capaces de asumir que lo que no es lógico es que cada uno de estos “cisnes no tan negros”, además, se traduzcan siempre en importantes cambios en la forma de vida de miles de millones de personas y en una involución social.
A veces, el interés en mantener nuestra cordura (y entono mi mea culpa),
evita que veamos más allá de nuestras narices, y que ya puestos
obviemos lo evidente. ¿No son demasiados cisnes para tan poco lago? ¿No
empieza a ser demasiada casualidad que estos cisnes, ya de por sí muy
raros pero que ahora vienen en bandadas, además, coincidan en fechas o
se produzcan siempre tan próximos a eventos extraordinarios a los que
pueden afectar decisivamente, o que varíen decisiones anunciadas?
Fuente: IniciativaDebate
Fuente: IniciativaDebate
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