Ningun conocimiento se nos da si no existe en nosotros la voluntad de conocer, ninguna droga nos salva si no queremos ser salvados.


"La experiencia más hermosa que podemos tener es lo misterioso. Es la emoción fundamental de la que
nace todo arte y ciencia verdaderos. Quien no la conozca y ya no pueda sorprenderse ni maravillarse, es
como si estuviera muerto y sus ojos estuvieran cerrados"

"Nada de lo que escuches, sin importar quien lo diga.
Nada de lo que leas, sin importar dónde esté escrito.
Nada debes aceptar, sin previo discernirlo.
Y por ti mismo, deberás decidir su validez o no.
¡Investiga!"


lunes, 29 de julio de 2013

Laos. La historia que nadie cuenta

En el contexto de la Guerra de Vietnam la CIA desarrolló una operación secreta en el vecino Laos. Dicha operación consistió en someter al mayor bombardeo de la Historia a un país neutral que, aun a pesar de la amenaza de infiltración comunista, no estaba en guerra contra los Estados Unidos.



La República Democrática Popular Lao, más comúnmente conocida solo como Laos, es un país ubicado en el sudeste asiático que comparte fronteras con, entre otros, China, Tailandia y Vietnam. Con una superficie que es menos de la mitad que la de España, una población de algo más de 6,6 millones de personas, una economía principalmente basada en la agricultura (mayormente de subsistencia) y un gobierno de inspiración socialista, es la menos conocida y a la vez la más aislada de las naciones de la región.

Poco podrá decirnos sobre ella casi cualquier persona de nuestro entorno, aparte de que, eso siempre aquellos que tengan edad suficiente y lo recuerden, fue el lugar dónde terminó refugiándose Luis Roldán, el corrupto y prófugo ex director de la Guardia Civil durante los últimos años del gobierno de Felipe González, allá por el año 1995. Sin embargo el desconocido Laos tiene una sobrecogedora historia que contarnos, una de la que apenas se sabe y que merece entrar en los anales de las mayores abominaciones jamás cometidas por el ser humano. Y es que este en apariencia paradisíaco rincón de Asia, con sus junglas todavía vírgenes, sus bucólicos campos de arroz y su cultura milenaria, ostenta el triste récord de ser el país más bombardeado de la Historia.


La-map.png Para comprender cómo pudo llegar a suceder algo así debemos remontarnos en el pasado. Después de pasar por un periodo de dominación tailandesa el Reino de Laos pasó a formar parte de la llamada Indochina Francesa en 1893. Tras el fin de la invasión japonesa durante la Segunda Guerra Mundial los franceses regresaron con la firme intención de restaurar el régimen colonial en toda la zona, si bien la situación había cambiado y ahora contaban con la feroz oposición del Viet Minh liderado por Ho Chi Minh, lo cual condujo a la Primera Guerra de Indochina (1945-1954). Finalmente Francia resultó derrotada en la contienda y hubo de retirarse por completo de la región, surgiendo como resultado cuatro nuevos estados independientes: los reinos de Camboya y Laos y las repúblicas de Vietnam del Sur (bajo amparo estadounidense) y Vietnam del Norte (apoyada por el bloque soviético y bajo un gobierno comunista). Y es que aun antes de la marcha de los franceses Estados Unidos ya estaba plenamente involucrado en el conflicto, la CIA asesoraba, financiaba y armaba a las facciones anticomunistas con el objeto de auspiciar gobiernos afines a los intereses norteamericanos. Las consecuencias de esta política son bien conocidas por todos, la inestabilidad en la región estaba enmarcada en el escenario de la Guerra Fría y esto desembocó en la Segunda Guerra de Indochina (1955-1975), más conocida como Guerra de Vietnam. Durante años el cine y la televisión estadounidenses nos han saturado con imágenes e historias acerca de este conflicto, aunque casi siempre desde su perspectiva y no desde la de los vietnamitas, por lo que no son pocos los que creen que ya lo saben prácticamente todo sobre el mismo.

Sin embargo la guerra en Indochina sigue repleta de innumerables lagunas, episodios que no gozaron de la cobertura mediática que tuvieron los choques armados en Vietnam y por razones de peso. Uno de los más relevantes, a la vez que desconocidos, es la guerra secreta librada por la CIA en Laos como parte de la estrategia de Washington para contener el avance del comunismo en toda la región. Los norvietnamitas contaban con su homólogo en ese país, el Pathet Lao, de tal manera que apoyaron la insurgencia con armas, hombres y suministros con el objeto de propiciar el derrocamiento del régimen monárquico de Vientiane. Hasta principios de los sesenta la intervención norteamericana se limitó a adiestrar y armar al Real Ejército de Laos en su guerra contra la guerrilla comunista del Pathet Lao, lo que se conoció como la Operación Estrella Blanca. No obstante aquello no resultó suficiente para frenar las operaciones norvietnamitas en el país, donde se había establecido toda una red de bases a lo largo de la frontera para reforzar la conocida como "ruta Ho Chi Minh" que abastecía a la guerrilla del Frente Nacional de Liberación de Vietnam (el famoso Viet Cong que tantas veces hemos visto en películas y documentales).

Fue por eso que la CIA decidió dar un paso más y en 1964 orquestó una campaña de ataques aéreos sobre suelo laosiano dentro de una operación considerada alto secreto. El objetivo inicial era destruir las bases norvietnamitas y cortar sus líneas de suministro, amen de seguir apoyando a las fuerzas gubernamentales en sus ofensivas contra el Pathet Lao. Pero la escalada del conflicto habría de llevar la intensidad de aquellos ataques hasta límites realmente sobrecogedores. A lo largo de nueve años se llevaron a cabo más de 580.000 misiones, arrojándose en ellas más de dos millones de toneladas de bombas (¡nada más y nada menos que media tonelada de explosivos por habitante!). De hecho la cantidad de bombas arrojada sobre Laos superó a las lanzadas contra Japón y Alemania juntas a lo largo de toda la Segunda Guerra Mundial. Tal fue la magnitud de lo indiscriminado de los ataques que, en palabras de los propios pilotos estadounidenses que participaron en las operaciones: "no se hacía distinción entre militares y civiles y, si algo se movía, lo bombardeábamos". Esto es lo que se conoce como "bombardeo de saturación", que busca la aniquilación total, tanto física como material, del enemigo o, en palabras de un general también estadounidense: "bombardearlos hasta hacerlos regresar a la Edad de Piedra". Tanto es así que a día de hoy se calcula que todavía quedan unos 80 millones de explosivos sin detonar esparcidos por los campos del país y la chatarra bélica es parte habitual de sus paisajes, pues los lugareños la han reciclado para darle todo tipo de usos (contenedores, macetas, pilares para sus chozas...).

Lo más deplorable de toda esta historia no es que decenas, o incluso centenares de miles, de civiles inocentes fueran masacrados de forma injustificada. Lo peor es que esta salvaje campaña de ataques aéreos se lanzó contra una nación neutral que no estaba en guerra contra los Estados Unidos, ya que su gobierno monárquico no era considerado un enemigo, razón por la cual la CIA procuró mantenerla en el más absoluto secreto. Las consecuencias, destrucción generalizada, muertos y mutilados aparte, no fueron las esperadas por Washington. Tanto en Vietnam, como en Camboya (donde también se practicaron campañas de bombardeos masivos), como finalmente en Laos, los comunistas terminaron imponiéndose tras una lucha prolongada, amarga y extremadamente sangrienta. En algunos casos la guerra desembocó en un horror incluso mayor, como el del brutal y desquiciado régimen de los jemeres rojos en Camboya (1975-1979), cuando la práctica totalidad de la población fue enviada a trabajar al campo de manera forzosa y un millón y medio de personas perecieron a causa de la malnutrición, los malos tratos o simplemente asesinadas. En el caso concreto de Laos y en un último acto de infamia, Estados Unidos abandonó a su suerte a los combatientes que durante años lucharon a su lado contra los comunistas. Olvidados como si nunca hubieran existido, estas gentes y sus familias fueron perseguidas y arrinconadas por el nuevo gobierno, hasta que acabaron refugiándose en las regiones más remotas del país, donde subsistieron como proscritos durante décadas en condiciones miserables. La prometida ayuda del "amigo americano", que les rescataría de su desesperada situación, jamás llegaría.

Como tantos otros de mi generación, desde mi infancia también he sido víctima de otra clase de bombardeo estadounidense. El de la mitología que transmiten sus películas, series de televisión y programas que nos llegan hasta aquí (ya sea directamente o en un formato adaptado al público español). En dicha mitología a menudo se nos presenta a los marines, boinas verdes, Navy SEALs, pilotos de aviación y demás miembros de sus fuerzas armadas y servicios secretos, como los héroes que salvan el mundo y nos protegen de todo mal. El caso de Laos nos muestra una realidad por completo distinta, una actuación no solo criminal sino que va más allá de lo razonable en términos de respeto por la vida de otros seres humanos. Nada más lejos de los ejemplos de exaltación de esa "policía del mundo" a los que nos tiene acostumbrados su propaganda.

                                                                Artículo escrito por: El Segador

Fuente: AgenciaTigris

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