Piden evaluar la seguridad ecológica de los productos químicos de uso doméstico que traen peligros para la salud humana y la seguridad alimentaria.
Un árbol cubierto por una
red en el estacionamiento de Target en Wilsonville, Oregón, después de
que más de 50.000 abejorros murieran tras la pulverizaron con un
insecticida perjudicial. La malla impide que las abejas tengan acceso a
los árboles. (Cortesía de Mace Vaughan/Sociedad Xerces)
La Sociedad Xerces para la conservación de invertebrados, pidió el cese de “insecticidas
de uso doméstico” tras la muerte de más de 50.000 abejorros la semana pasada en
la ciudad estadounidense de Hillsboro, en el estado de Oregón
El insecticida que causó las muertes fue dinotefuran, también
conocido como Safari, según afirmó el Departamento de Agricultura de Oregón.
Safari se usa para el control de áfidos, insectos que secretan un residuo
pegajoso mientras se alimentan, causando potencial daño a personas y vehículos.
El grupo de productos químicos que se encuentra en Safari, neonicotinoides,
permanecen por mucho tiempo en los tejidos de las plantas, y están conectados
con la disminución global de las abejas, según explicó la Sociedad Xerces.
Después de este último incidente, y en medio de informes de las abejas muertas
en Hillsboro por el contacto con ese mismo producto químico, se indicó que el
uso de tales productos químicos debe detenerse.
“El costo de la pérdida de polinizadores es mucho mayor que cualquier
importe de control de pulgones en plantas ornamentales”, dijo en un comunicado
Mace Vaughan, director de conservación de polinizadores de la Sociedad Xerces para
la conservación de invertebrados.
“Después de los acontecimientos de la semana pasada, que se basan en la abrumadora ciencia demostrando el daño
que pueden causar estos productos, hacemos un llamado a los gobiernos municipales y de
condado para que inmediatamente detengan el daño”.
La Dr. Marla Spivak, una autoridad mundial líder en salud de abejas, y
profesora de apicultura para el Departamento Social de Insectos en Entomología,
hizo eco del sentimiento de Vaughan. “El envenenamiento de abejas en Oregón es
una clara advertencia”, dijo en el comunicado. “Tenemos que detener el uso de
pesticidas en esos casos que la salud humana y seguridad alimentaria pueden
estar en peligro”.
La sociedad dijo que la respuesta de la ciudad de Wilsonville, y de otras
ciudades del nordeste, es alentadora, pero queda mucho por hacer. En esas
ciudades envolvieron los árboles dañados con redes a fin de evitar que mueran
otras abejas.
“Es el momento de tomar una postura más firme en materia de protección de
polinizadores. La Unión Europea puso restricciones en varios neonicotinoides
y la ciudad de Ontario en Canadá, fue aún más allá prohibiendo todos los
plaguicidas para el uso doméstico”. Scott Hoffman Black, director ejecutivo de
la Sociedad Xerces, dijo en el comunicado: “Aquí necesitamos una respuesta
similar”.
Todos los neonicotinoides y otros insecticidas deben ser prohibidos para
fines domésticos, y la agencia de Protección del Medio Ambiente debe volver a
evaluar la seguridad ecológica de los productos químicos, de acuerdo a la
sociedad. Se seguirá trabajando con alcaldes, ayuntamientos y comisiones del
condado de Estados Unidos para pedirles que tomen medidas.
La sociedad también pide a propietarios de viviendas comprobar la lista de
neonicotinoides que tienen en su página web, y disponer que cualquier persona
pueda acceder a ella.
Fuente: LaGranÉpoca
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