Ningun conocimiento se nos da si no existe en nosotros la voluntad de conocer, ninguna droga nos salva si no queremos ser salvados.


"La experiencia más hermosa que podemos tener es lo misterioso. Es la emoción fundamental de la que
nace todo arte y ciencia verdaderos. Quien no la conozca y ya no pueda sorprenderse ni maravillarse, es
como si estuviera muerto y sus ojos estuvieran cerrados"

"Nada de lo que escuches, sin importar quien lo diga.
Nada de lo que leas, sin importar dónde esté escrito.
Nada debes aceptar, sin previo discernirlo.
Y por ti mismo, deberás decidir su validez o no.
¡Investiga!"


lunes, 8 de julio de 2013

Técnica de auto-observación interna

Conocer y Observar

Conocer y observar son dos cosas diferentes. Conocemos o sabemos que en un instante dado nos encontramos en un estado negativo, tal vez con algún problema o preocupados por éste o aquel asunto, en estado de desasosiego o incertidumbre, etc., pero esto no significa que nos estemos observando interiormente. Muchos confunden la observación de sí mismo, con el conocer de si mismo. La observación que es ciento por ciento activa, es un medio de cambio de conducta, mientras que el conocer, que es pasivo, no lo es. Pensar y observar resultan también muy diferentes. Cualquier sujeto puede darse el lujo de pensar sobre si mismo todo lo que quiera, pero esto no quiere decir que se esté observando a si mismo.



Observador y Observado

Si uno de verdad y muy sinceramente comienza a observarse internamente, resulta dividiéndose en dos: en un sujeto Observador y un sujeto Observado. Si tal división no se produjera, es evidente que nunca daríamos un paso adelante en el camino maravilloso del desarrollo espiritual. ¿Cómo podríamos observarnos a nosotros mismos si cometiéramos el error de no querer dividirnos entre Observador y Observado? Si tal división no se produce, es obvio que nunca daremos un paso adelante en el camino de saber quienes somos realmente, exponiéndonos a seguir siendo siempre víctimas de las circunstancias.

¿Cómo podría modificar las circunstancias de su vida aquel que no se conoce a si mismo? ¿Cómo podría conocerse a si mismo quien nunca se ha observado internamente? ¿De qué manera podría alguien auto-observarse si no se divide previamente en Observador y Observado?

Ahora bien, nadie puede empezar a cambiar radicalmente en tanto no sea capaz de decir: "Este deseo mio lo debo eliminar"; "este pensamiento egoísta que me atormenta necesito desintegrarlo"; "este sentimiento que hiere mi corazón necesito reducirlo a polvo"; etc., etc., etc. Naturalmente esto es imposible para quien nunca se ha dividido entre Observador y Observado. Quien toma todos sus procesos psicológicos como funcionalismo de un Yo único, individual e inmodificable, se encuentra tan identificado con todos sus errores, los tiene tan unidos a si mismo, que ha perdido por tal motivo la capacidad de arrancarlos de su mente. Obviamente personas así jamás podrán cambiar eliminado sus erróneas formas de actuar.

Práctica de la Auto-observación

La clase de conocimiento que transforma interiormente a una persona, jamás podrá lograrse mediante la observación externa (con los 5 sentidos). El verdadero conocimiento que realmente puede originar en nosotros un cambio interior fundamental tiene por base la auto-observación directa de si mismo. La observación simple es un medio para modificar las condiciones mecánicas del mundo externo, en cambio la auto-observación es un medio práctico para lograr una transformación radical de la persona misma.

Necesitamos ver a los distintos egos en acción, que existen dentro de nuestra psiquis, comprender que dentro de cada uno de ellos existe un porcentaje de nuestra propia conciencia, arrepentirnos de haberlos creado, etc. Entonces exclamaremos. "¿Pero qué está haciendo este Yo mío? ¿Qué está diciendo? ¿Qué es lo que quiere? ¿Por qué me atormenta con su lujuria, con su ira, con sus celos, con su maldad, con su egoísmo?", etc., etc., etc. Entonces veremos dentro de uno mismo, todo ese tren de pensamientos, emociones, deseos, pasiones, comedias privadas, dramas personales, elaboradas mentiras, discursos, excusas, morbosidades, cuadros de lascivia, etc., etc., etc. Muchas veces antes de dormirnos en el preciso instante de transición entre vigilia y sueño sentimos dentro de nuestra mente distintas voces que hablan entre sí, que nos llevan de aquí para allá.

La observación de uno mismo permite que penetre un rayo de luz en nuestro interior.

Cuando uno de verdad quiere conocerse a si mismo, debe auto-observarse y tratar de conocer los diferentes egos que están metidos dentro de nuestra personalidad. A medida que uno practica la auto-observación interna, va descubriendo por si mismo a muchas entidades, a muchos egos, que viven dentro de uno. Este tipo de trabajo no es externo sino interno y quienes piensen que cualquier manual de urbanidad o sistema ético externo y superficial les pueda llevar al éxito, están de hecho totalmente equivocados. Sin embargo no podríamos trabajar sobre nosotros mismos con la intención de disolver tal o cual ego erróneo sin haberlo observado previamente.

Si alguno de nuestros lectores no comprende todavía esta doctrina de los muchos Yoes o egos, se debe exclusivamente a la falta de práctica en materia de auto-observación interna. Cualquier contrariedad, cualquier incidente, puede conducirnos mediante la auto-observación al descubrimiento de un ego, ya sea éste de importancia personal, envidia, celos, ira, codicia, sospecha, calumnia, lujuria, etc., etc., etc. A medida que el sentido de auto-observación prosiga su desarrollo mediante el uso continuo, nos iremos haciendo cada vez más capaces de percibir en forma directa aquellos egos sobre los cuales jamás tuvimos dato alguno relacionado con su existencia. El sentido de la auto-observación interna además de permitirte ver claramente al ego que estáis disolviendo, te permitirá también ver los resultados de tu trabajo interior.

Sin embargo, las gentes no quieren verse a si mismas, algunos teniendo ganas de trabajar sobre si mismos, justifican su negligencia con frases como la siguiente: "El trabajo en la oficina no me permite trabajar sobre mi mismo". Palabras éstas sin sentido, huecas, vanas, absurdas, que sólo sirven para justificar la indolencia, la pereza, la falta de amor por si mismo. Gentes así, aunque tengan muchas inquietudes espirituales, es obvio que no cambiarán nunca.

Observarnos a nosotros mismos es urgente, inaplazable, impostergable. La auto-observación interna es fundamental para el cambio verdadero. ¿Cuál es su estado psicológico al levantarse? ¿Cuál es su estado de ánimo durante el desayuno? ¿Estuvo impaciente con su esposa?, ¿Con el mesero? ¿Por qué estuvo impaciente? ¿Qué es lo que siempre le trastorna?, etc. En el trabajo sobre si mismo no existe nada despreciable. Cualquier pensamiento por insignificante que sea, merece ser observado. Cualquier emoción negativa, reacción, etc., debe ser observada.

Observar nuestras reacciones mecánicas ante todos esos pequeños detalles de alcoba, hogar, comedor, casa, calle, trabajo, etc., lo que uno dice, siente y piensa, es ciertamente lo más indicado. Cada uno de nosotros se encuentra en determinada etapa psicológica y no podremos salir de la misma, a menos que descubramos directamente a todas esas entidades o egos que viven dentro nuestro y que necesitamos eliminar para lograr la transformación radical que deseamos.

Esta percepción, esta auto-observación, cambia fundamentalmente todos los conceptos equivocados que sobre nosotros mismos teníamos y como resultado evidenciamos el hecho concreto de que no poseemos una verdadera individualidad. Mientras no nos auto-observemos, viviremos en la ilusión de que somos uno solo y en consecuencia nuestra vida será equivocada. Cualquier cambio interno exige la eliminación previa de los egos que llevamos dentro. De ninguna manera podríamos eliminar tales egos si no los observamos en nuestro interior. Cuando se continúa con la convicción absurda que se es Uno solo, que se posee un solo Yo permanente, resulta algo más que imposible el trabajo serio sobre si mismo.

Quien siempre se cree Uno, nunca será capaz de separarse de sus propios elementos indeseables. Considerará a cada pensamiento, sentimiento, deseo, emoción, pasión, afecto, etc., etc., como funcionalismo diferentes, inmodificables, de su propia naturaleza y hasta se justificará ante los demás diciendo que tales o cuales defectos personales son de carácter hereditario...Quien acepta la doctrina de los muchos Yoes o egos, comprende a base de observación que cada deseo, pensamiento, acción, pasión etc., corresponde a este u otro ego distinto, diferente... El sentido de la auto-observación interna se encuentra atrofiado en la mayoría de las personas. Trabajando seriamente, auto-observándose de momento en momento, tal sentido se desarrollará en forma progresiva. 

Fuente: Esociencia-omar

2 comentarios:

  1. Técnica recomendada por el Maestro Samael! La más efectiva para decidirse a despertar de una vez.
    Gracias.

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    1. Gracias por tu comentario, estamos en ello. Un saludo.

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