Ningun conocimiento se nos da si no existe en nosotros la voluntad de conocer, ninguna droga nos salva si no queremos ser salvados.


"La experiencia más hermosa que podemos tener es lo misterioso. Es la emoción fundamental de la que
nace todo arte y ciencia verdaderos. Quien no la conozca y ya no pueda sorprenderse ni maravillarse, es
como si estuviera muerto y sus ojos estuvieran cerrados"

"Nada de lo que escuches, sin importar quien lo diga.
Nada de lo que leas, sin importar dónde esté escrito.
Nada debes aceptar, sin previo discernirlo.
Y por ti mismo, deberás decidir su validez o no.
¡Investiga!"


miércoles, 10 de abril de 2013

¿Pueden los psicoactivos ayudarnos a resolver problemas cotidianos? La ciencia opina que sí

Lejos de pensar en sustancias como la mescalina o la psilocibina como “drogas”, muchas investigaciones respaldan sus beneficios para ayudarnos a pensar desde un lugar diferente nuestra vida cotidiana.


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¿Qué nos indica que el estado de nuestra inteligencia es el estado natural y perfecto? ¿El que la cognición y la inteligencia racional sean los puntos de partida del aprendizaje, la ciencia y la percepción es suficiente para afirmar que debemos permanecer en ese estado? Sin que tratemos de hacer una abierta apología de las drogas (recordando los nocivos efectos que poseen muchas de ellas), algunas sustancias psicoactivas han probado ser de utilidad cuando se trata de resolver problemas para los que la mente racional tiene solamente respuestas parciales, además de permitirnos abrir nuevos campos de exploración respecto a las capacidades de la mente humana.

Tomemos por caso el de Kary Mullis, bioquímico estadunidense ganador del premio Nobel de Química por inventar una técnica conocida como reacción en cadena de polimerasa (PCR), el cual ha permitido utilizar de mejor manera las muestras pequeñas para análisis en biología. Lo interesante es que Mullis (como Watson y Crick con respecto a la doble hélice del ADN) llegó a esta solución gracias al uso del LSD:

“No estaba drogado con LSD”, afirma Mullis, cuando descubrió la técnica PCR; sin embargo “mi mente, para entonces, había aprendido cómo ir a esos lugares. Podía sentarme en una molécula de ADN y verla fluir… He aprendido que parcialmente puedo pensar, y esto (otra vez) es mi opinión, a través de drogas psicodélicas. Si nunca hubiera tomado LSD, ¿existiría el PCR? No lo creo. Lo dudo, lo dudo seriamente.”

Muchas personas utilizan psicoactivos y drogas psicodélicas de manera recreativa; sin embargo, los usos de estas sustancias pueden mejorar nuestra capacidad para visualizar, aprender y comprender nuestra circunstancia. Para esto es necesario aprender a transferir ciertas habilidades cognitivas dentro de los estados alterados de conciencia hacia la conciencia “normal”, al estado común y corriente, por así llamarlo. La transferencia entre distintos estados de la mente es un proceso que merece la pena ser estudiado: de no tratarse de las drogas psicoactivas, ¿cuánto podríamos aprender de nosotros mismos y de la naturaleza de la conciencia si nos entrenáramos para recordar sueños, para ponernos en estados extáticos o trances místicos y pensar desde esos lugares fronterizos nuestros problemas diarios?

Como si se tratara de una lupa de aumento, los psicoactivos nos permiten ver nuestros problemas desde una nueva perspectiva. Un estudio del profesor de sistemas de ingeniería económica Willis Harman del Instituto de Investigaciones de Stanford ha trabajado con 27 sujetos de prueba, provenientes de carreras relacionadas con las ciencias exactas. Cada uno llegó al estudio con un problema profesional muy particular. Los investigadores les proporcionaron a cada uno 200 miligramos de mescalina, para luego ser aislados, mientras escuchaban música. Posteriormente les fueron suministradas algunas botanas (efecto munchis) mientras discutían los problemas que trajeron. Los resultados fueron impresionantes: todos ellos pudieron emplear entre tres y cuatro horas de trabajo profundo en la resolución de su problema profesional, como resultado de la sustancia suministrada.

La ayuda de otras sustancias como la psilocibina y el MDMA en la psicoterapia también representa un nuevo y rico campo de estudio. Además de ayudar a los sujetos a ponerse en contacto con las áreas más veladas de su inconsciente, permite a los investigadores conocer la naturaleza de nuestra mente, además de cómo trabaja. Los psicoterapeutas Charles Grob y  Alicia Danforth trabajan actualmente en terapia psicoterapéutica con ayuda de MDMA para ayudar a reducir el estrés postraumático de algunos pacientes (considerados “intratables” a través de otros métodos). Las sustancias psicoactivas podrían ayudar a atratar, además, diversos tipos de migrañas, el trastorno obsesivo-compulsivo, neurosis, psicosis, depresión, alcoholismo y, aunque parezca increíble, en el tratamiento de adicción a las drogas.

Los psicoactivos son solamente una de las variables que pueden ayudar a los investigadores a comprender la mente humana y mejorar la solución a problemas cotidianos: visto desde el punto de vista de la cognición, la ciencia explora también modelos de estudio que integren artes y métodos tradicionales como la meditación, y otras psicotecnologías, como las artes marciales, el yoga, la oración, el ejercicio aeróbico, los ritos de paso, las experiencias místicas, las búsquedas de visión y similares, buscando nuevas formas de acceder al potencial oculto dentro de nuestra percepción: nuevas formas de despertar, nuevas preguntas y, con toda seguridad, nuevas respuestas.

Fuente: PijamaSurf

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