Empresas como Exxon Mobil y DuPont presionan al interior de instancias gubernamentales estadounidenses para evitar que se difunda información sobre sustancias que utilizan en la fabricación de sus productos con probados efectos cancerígenos.

Para lo que unos es un basurero, para
otros es un paraíso, reza la consigna, que lamentablemente se cumple en
una situación que se creería impensable o inadmisible, el de poderosas
empresas químicas que obstaculizan la prohibición de sustancias con
efectos cancerígenos probados, solo porque estas forman parte
imprescindible de su fuente de ganancias económicas.
En particular el Big Chem busca que el
Congreso de la Unión Americana recorte el presupuesto del Reporte sobre
Cancerígenos, un amplio estudio que el Instituto Nacional para la Salud
publicada cada dos años, enlistando, de la mejor manera posible, todos
los agentes en torno a los cuales existen pruebas de contribuyen a
provocar cáncer.
La industria está especialmente
preocupada por la inclusión en este informe del formaldehído, uno de los
químicos más usados en la industria de los productos domésticos y de
uso personal y, en consecuencia, también una de las sustancias
cancerígenas más presentes en los hogares.
Aunque menor importante, el estireno
también podría ser considerado por las instancias de salud
estadounidense como “razonablemente anticipado de ser un cancerígeno”.
Al estireno se le encuentra sobre todo en la construcción de botes y
cabinas de ducha.
Entre las empresas que cabildean por la
censura de estos datos se encuentran Exxon Mobil, Dow, BASF y DuPont,
compañías que al parecer ven más por sus ganancias y su reputación que
por la integridad de sus consumidores y sus empleados.
Fuente: Pijamasurf
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aquí