El Tribunal Supremo de EEUU, anunció el pasado viernes que decidirá si las compañías pueden patentar genes humanos. Una decisión que podría cambiar el curso de la investigación farmacológica en los Estados Unidos en enfermedades como el cáncer de pecho y cáncer de ovarios.
La batalla está servida en la comunidad científica actual, ya que la justicia decidirá sobre si prevalece el derecho a preservar el ADN, o bien el derecho de las grandes corporaciones a explotar comercialmente el ADN mediante patentes registradas tras millonarios proyectos de investigación genética.
El presente caso, el que ha hecho saltar la alarma en la comunidad científica, es el que afecta a la empresaMyriad Genetics Inc. de Salt Lake City, que posee patentes relativas a dos genes relacionados con el incremento de cáncer de pecho y de ovarios. Las investigaciones de Myriad han versado sobre las mutaciones presentes en el gen que predispone a padecer la enfermedad. Se conoce como BRCA Test.
La Asociación American Civil Liberties Union,impugnó esas patentes, alegando que los genes no pueden ser patentados, y en Marzo de 2010, El Tribunal del Distrito de Nueva York resolvió desfavorablemente en contra de Myriad. Sin embargo tras agotar el circuito de apelaciones el caso ha llegado al Tribunal Supremo, con la posición argumental de que el el ADN aislado, tiene una estructura química marcadamente diferente a la que presenta el ADN presente en el cuerpo.
Más allá de las disquisiciones científicas y éticas sobre la materia, existe una cuestión jurídica de base entre muchos de los genetistas y científicos que participaban en proyectos análogos por la cuestión de la objección de conciencia relativa a negarse a que dichos trabajos de investigación fueran patentados por una empresa, lo que implicaría sentar el precedente de que el ADN humano podría estar en manos de las corporaciones, con independencia de la bondad de tales investigaciones, y por tanto sometido a una explotación económica como en el caso de Myriad Genetics. En tal sentido se manifestó Chris Hansen, abogado principal del gabinete jurídico que representa a la ACLU.
La clave no está en permitir o no ese tipo de investigaciones, sino en consentir que las Empresas Privadas o los intereses corporativos puedan tener la titularidad de genes que puedan ser explotados comercialmente vía patentes, lo que sería aberrante desde el punto de vista de los Derechos Humanos.
Según informa Forbes, Los abogados de Myriad están enviando cartas amenazantes a la Universidad de Pensilvania y a otras Universidades para intimidar a la comunidad científica objetora, obligándoles al pago de cuotas y royalties por la investigación que vienen realizando sobre las Patentes objeto de la controversia.
Por su parte la ACLU ha acordado con diversas organizaciones y en concreto con la Asociación de Patología Molecular, dirigir un escrito urgiendo al Tribunal Supremo, que declare en última Instancia que los genes aislados deben ser impatentables.
Fuente: Misterios de la Astrofísica
Fuente : Forbes
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