La incidencia de reacciones secundarias-adversas, producidas por medicamentos recetados, es el problema de salud más criticado en los Estados Unidos. Desafortunadamente al analizar los efectos de los medicamentos químicos en el organismo, podemos señalar que las enfermedades que causan, son peores que la enfermedad que se suponían curaran y hasta la muerte.
Las estadísticas indican que millones de personas son admitidas en los hospitales de los Estados Unidos cada año, debido a las enfermedades producidas por las medicinas. Y el número de fatalidades por esta causa sigue en aumento.
El negocio médico-farmacéutico produce cientos de
miles de millones de beneficio a costa de millones de enfermos y
muertes. Todo se reviste con el engañoso poder del conocimiento y la
ciencia, del prestigio de la profesión médica, de los miles de millones
invertidos en tecnología. Se tratan de denigrar las medicinas
naturales y terapias no convencionales, acusándolas de ineficaces,
estafas y hasta fanatismos.
Anualmente se le ofrece
al médico alrededor de 400 nuevas drogas, y encontramos que los
fabricantes de las mismas se enfocan en exagerar sus beneficios e
ignorar los efectos secundarios.
Por otro lado la sociedad actual señala el
error como castigable y culpabilizable, por eso fácilmente se cae en la
tentación de ocultar u omitir un error. Evidentemente, esta forma de
actuar oculta datos y dificulta la actuación para evitar errores
reiterados.
Ya en 1994 el médico Lucian L. Leape denunció los
hechos en un artículo titulado “El error en Medicina”, donde llegaba a
la conclusión de que en Estados Unidos morían al año 180.000 personas
por iatrogenia (acto médico dañino); años más tarde el propio Leape
duplicaría la cifra. En 1999, otro estudio convertía a la Iatrogenia en
la tercera causa de muerte en Estados Unidos y cuatro años después, la
cifra de 250.000 pasa a 783.936, convirtiéndose en la primera causa de
muerte.
A continuacion le
relacionamos el daño que pueden provocar algunas de las medicinas mas
comunes que consumimos, y las estadísticas que existen hasta el
momento:
- ASPIRINA. Produce náuseas, vómitos,
hemorragias gastrointestinales, diarreas, úlceras, acidosis, ruido en
los oídos, sordera, exceso de sudor, fiebre, sed, visión nublada,
erupciones en la piel, palpitaciones del corazón, alucinaciones,
delirio, funcionamiento anormal de los riñones, muerte del feto,
estupor, coma, convulsiones, colapso circulatorio, reducción del azúcar
en la sangre, retardación mental y la muerte. A los diabéticos les
provoca irritación, dolores, vómitos y hasta sangrado en el estómago.
Los alérgicos al ácido acetilsalicílico
deben tener mucho cuidado también, porque les afecta el hígado, y
pueden llegar a desarrollar una enfermedad hepática bastante grave.
Además el consumo repetido de la aspirina puede llegar a provocar que
su efecto cada vez sea menos potente y menos útil.
- ANTIBIOTICOS. De
acuerdo con el Dr. Hobart Reiman, del Colegio Médico Habheman, del 15
al 30 % de todas las personas que toman o se inyectan antibióticos
sufren de alguna reacción dañina a la salud y varios centenares de
ellas mueren anualmente. Pueden causar los siguientes efectos
secundarios: anemia aplástica, leucopenia, palpitaciones excesivas del
corazón, alta presión, dolores de cabeza, escalofríos, nauseas,
vómitos, diarreas, dermatitis, mareos afecciones de los oídos,
inflamación de los nervios, dolores de las coyunturas, irritación de los
riñones, vista nublada, adormecimiento y sensación de alfilerazos en
las manos y piernas, desórdenes de la sangre, asma, alergias, debilidad,
sudor en exceso, hemorragias, daño a los nervios, dificultad al
tragar, inflamación del intestino, efectos tóxicos a los riñones, al
bazo, al hígado y la muerte.
- MEDICAMENTOS PARA
REDUCIR EL COLESTEROL. Pueden producir hemorragias, tromboflebitis,
accidentes al cerebro vasculares, cambios emocionales, afecciones en la
vista, fatiga, inflamación, mareos, ruidos en los oídos, carraspera,
dolor de cabeza, nauseas, vómitos, indigestión, picazón en la piel,
irregularidad de la menstruación, aumentos en condiciones del corazón
ya existentes, frecuencia excesiva de orinación, estreñimiento, o
diarreas, pérdida del pelo, reducción de peso, temblores, nerviosidad e
insomnio.
- DROGAS PARA LA ALTA
PRESION. Congestión de la nariz, sequedad de la garganta, alteraciones
del ritmo cardíaco, diarrea, estreñimiento, nauseas, vómito, mal
funcionamiento del hígado, debilidad muscular, hemorragias, erupciones
de la piel, aumento excesivo de peso, dolor abdominal, insomnio,
pesadillas, somnolencia, fatiga, inflamaciones, dificultad al respirar,
exceso de gases, depresión, ansiedad, síntomas de artritis, lupus,
leucopenia, mareos, nerviosismo, escalofríos, dolor en el pecho y en el
brazo izquierdo (angina), adormecimiento de las manos y piernas, daño
en el cerebro, a los riñones y otros órganos, e impotencia sexual en
los hombres.
- PILDORAS
ANTICONCEPTIVAS. No deben de ser usadas por personas que sufren de alta
presión. Puede causar dolores de cabeza, migraña, epilepsia, daño al
sistema nervioso, caída del pelo, daño al hígado, apoplejías,
tromboflebitis, embolia pulmonar, afecciones a los ojos, anemia, picor
en la piel, complicaciones de condiciones ya existentes en el corazón,
tumores cancerosos, frialdad sexual, diabetes, esterilidad, aumento de
la tensión arterial, aumento de peso, del volumen plasmático y
debilitamiento cardíaco, también causa un efecto directo sobre la
reabsorción tubular del sodio y agua, alteración de los mecanismos de la
coagulación, aumento de los triglicéridos, formación de cálculos
biliares, tumores del hígado benignos y malignos.
- PILDORAS
TRANQUILIZANTES. Producen degeneración en los músculos del corazón y de
las venas y arterias, destrucción de los glóbulos rojos, aumento en el
tamaño del hígado y del bazo, depósito de grasa en el hígado, en los
riñones, en los pulmones, en el corazón. Cataratas, falta de
coordinación y debilidad muscular, adormecimiento, inseguridad al
caminar, temblores, desórdenes de la sangre, miopía, aumento de apetito y
de peso, menstruación irregular, nauseas, vómitos, baja presión,
mareos convulsiones, vista borrosa, dolor de cabeza, resequedad de la
boca , palpitaciones excesivas del corazón, calambres, fogajes,
disturbios mentales, temblores, alergias, fiebre, inflamación de las
venas, parálisis de los músculos, mal funcionamiento del corazón,
formación de dependencia psicológica, lleva al suicidio y la muerte.
- HORMONAS INTRAVENOSA Y
PILDORAS PARA LA MENOPAUSIA. Incrementa el riesgo de cáncer
endometrial, cáncer cervical y vaginal, problemas congénitos, induce a
los neoplasmas malignos, administrada por mucho tiempo aumenta la
frecuencia de carcinomas del seno, endometrio, cerviz, vagina, hígado,
vejiga, riesgo de tromboembolia vascular, adenoma hepático, presión
sanguínea alta, hipercalcemia, retención de líquidos, depresión mental,
problemas genitourínarios, cambios en el período menstrual,
dismenorrea, sindrome premenstrual, candidiasis vaginal, problemas
gastrointestinales, náuseas, vómito, melanoma, eritema, erupción de la
piel, endurecimiento de la cornea, dolores de cabeza, migraña, aumento o
disminución de peso, reduce la tolerancia a los hidratos de carbono,
edemas, cambio en el libido, riesgo a infarto del miocardio, embolia
pulmonar, tromboflebitis, intolerancia a los lentes de contacto, mareos
y la muerte.
De acuerdo con las conservadoras estimaciones
publicadas en Journal of the American Medical Association, más de
120.000 personas mueren cada año a causa de los efectos adversos de los
medicamentos (Starfield, 2000. Cita del autor). No obstante, un
estudio más reciente basado en los resultados de un seguimiento de diez
años de las estadísticas gubernamentales revela que las cifras son aún
más descorazonadoras (Null, et al., 2003. Cita del autor). Este
estudio concluye que las enfermedades iatrogénicas son la primera causa
de muerte en Estados Unidos y que las reacciones adversas a los
fármacos recetados son responsables de más de 300.000 muertes al año.
Si a los cercanos 400.000 muertos por iatrogenia en los Estados Unidos
sumamos las muertes producidas por la misma causa en Europa, más las de
los países avanzados, mas las del llamado tercer mundo, estamos
hablando de millones de muertes al año por ingestión de medicamentos.
Estos datos estadísticos son abrumadores, en
especial para una profesión cuyo objetivo es curar y que ha desdeñado
con arrogancia los tres mil años de la medicina oriental y los
suplementos nutricionales naturales.
Está claro que las multinacionales farmacéuticas
sacan un enorme beneficio de esta situación, ejerciendo un control
sobre la población, gobiernos, profesión médica y su ejercicio. Los
médicos no pueden alegar ignorancia, pues datos y estadísticas son
públicos y el día a día de su ejercicio profesional les muestra con
claridad la realidad.
El juramento hipocrático que dice que "lo primero es no hacer daño al paciente" se incumple porque se les enseñan
a depender de protocolos y de fármacos. Los descubrimientos de la
biología celular, de la física cuántica y otras ciencias de vanguardia
que cambian diametralmente la visión de lo que es un ser humano, no se
han integrado con certeza a la nueva visión cientifica, avanzada y real
que debe prevalecer.
Aquí le aportamos otros datos de interés:
- Según un informe sobre los
ingresos hospitalarios provocados por las intoxicaciones con fármacos
en Estados Unidos, dirigido por Jeffrey H. Coben, de la Universidad de
West Virgina, en Estados Unidos las muertes por intoxicaciones de
medicamentos entre personas de más de 35 años superan a las muertes de
accidentes de tráfico.
- En un estudio
publicado en Estados Unidos a finales del año 2010, por una
organización no lucrativa bajo el título “Death by Medicine” , se llegó
a la conclusión de que la medicina causa más daño que beneficio. En el
año 2001, de 278 millones de personas, 8,9 millones fueron
hospitalizados innecesariamente y 2,2 millones de esos hospitalizados
sufrieron reacciones adversas causadas por los medicamentos
administrados en los hospitales. En 2003, según fuentes hospitalarias,
se llevaron a cabo 7,5 millones de intervenciones médicas y quirúrgicas
innecesarias. En Estados Unidos, durante un año murieron 783.936
personas, todas ellas causadas como reacción a medicamentos en hospital o
fuera del hospital, malnutrición, errores médicos, infecciones,
procedimientos innecesarios, problemas en cirugías, etc.
- Según el gobierno de
Estados Unidos, después de la mariguana, las drogas recetadas son los
narcóticos de mayor uso en Estados Unidos, y la epidemia de sobredosis
ya supera las epidemias del pasado de cocaína, crack y heroína black
tar. El Centro de Control de Enfermedades (CDC)Señala que más de 27 mil
personas murieron por este tipo de sobredosis en 2007, un incremento
de más de 5 veces desde 1990 para llegar a su nivel más alto.
- El Dr. Dale Console -
anterior Director Médico de los laboratorios Squibb dijo: "Los médicos
y el público están continuamente sujetos a una enormidad de nuevas
medicinas, algunas sin valor y otras con gran potencial para hacer más
daño que bien".
- El Dr. D.G. Fried -
de la Universidad de Harvard dice: "De más de 8,000 medicinas
disponibles para el médico, es casi imposible tener información para
seleccionar las que debe de usar con sus pacientes".
- El Dr. Wolff -
Director de Investigaciones del Washington Hospital Center, ha
reportado que "la mayoría de las medicinas que recetan los médicos
hacen más daño que bien".
Es imperativa la necesidad de cambiar el sistema
que impide a la comunidad médica informar de estos incidentes, ya que
en la información también reside el problema.
Todos los estudios mencionados sobre estas reacciones adversas, ya sea hospitalarias, o a medicamentos, coinciden en dos cosas importantes: la importancia del problema y la necesidad de cambiar la “cultura médica” al respecto. Diversos estudios exponen la reticencia de la profesión médica a informar de esos errores y, si ellos no dan el paso, las profesiones del ámbito circundante tampoco lo harán.
Todos los estudios mencionados sobre estas reacciones adversas, ya sea hospitalarias, o a medicamentos, coinciden en dos cosas importantes: la importancia del problema y la necesidad de cambiar la “cultura médica” al respecto. Diversos estudios exponen la reticencia de la profesión médica a informar de esos errores y, si ellos no dan el paso, las profesiones del ámbito circundante tampoco lo harán.
Lo sabemos todos. Lo sabe la industria
farmacéutica, lo saben los médicos, lo sabe el estado y lo saben las
propias víctimas: los enfermos. Cuide usted mismo su salud.
Fuente: Dramaribelstore
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