Ningun conocimiento se nos da si no existe en nosotros la voluntad de conocer, ninguna droga nos salva si no queremos ser salvados.


"La experiencia más hermosa que podemos tener es lo misterioso. Es la emoción fundamental de la que
nace todo arte y ciencia verdaderos. Quien no la conozca y ya no pueda sorprenderse ni maravillarse, es
como si estuviera muerto y sus ojos estuvieran cerrados"

"Nada de lo que escuches, sin importar quien lo diga.
Nada de lo que leas, sin importar dónde esté escrito.
Nada debes aceptar, sin previo discernirlo.
Y por ti mismo, deberás decidir su validez o no.
¡Investiga!"


sábado, 1 de diciembre de 2012

Enfermedad y muerte por medicamentos


La incidencia de reacciones secundarias-adversas, producidas por medicamentos recetados, es el problema de salud más criticado en los Estados Unidos. Desafortunadamente al analizar los efectos de los medicamentos químicos en el organismo, podemos señalar que las enfermedades que causan, son peores que la enfermedad que se suponían curaran y hasta la muerte.  

 

Las estadísticas indican que millones de personas son admitidas en los hospitales de los Estados Unidos cada año, debido a las enfermedades producidas por las medicinas. Y el número de fatalidades por esta causa sigue en aumento.


El negocio médico-farmacéutico produce cientos de miles de millones de beneficio a costa de millones de enfermos y muertes. Todo se reviste con el engañoso poder del conocimiento y la ciencia, del prestigio de la profesión médica, de los miles de millones invertidos en tecnología. Se tratan de denigrar las medicinas naturales y terapias no convencionales, acusándolas de ineficaces, estafas y hasta fanatismos.

Anualmente se le ofrece al médico alrededor de 400 nuevas drogas, y encontramos que los fabricantes de las mismas se enfocan en exagerar sus beneficios e ignorar los efectos secundarios.

Por otro lado la sociedad actual señala el error como castigable y culpabilizable, por eso fácilmente se cae en la tentación de ocultar u omitir un error. Evidentemente, esta forma de actuar oculta datos y dificulta la actuación para evitar errores reiterados. 

Ya en 1994 el médico Lucian L. Leape denunció los hechos en un artículo titulado “El error en Medicina”, donde llegaba a la conclusión de que en Estados Unidos morían al año 180.000 personas por iatrogenia (acto médico dañino); años más tarde el propio Leape duplicaría la cifra. En 1999, otro estudio convertía a la Iatrogenia en la tercera causa de muerte en Estados Unidos y cuatro años después, la cifra de 250.000 pasa a 783.936, convirtiéndose en la primera causa de muerte.

A continuacion le relacionamos el daño que pueden provocar algunas de las medicinas mas comunes que consumimos, y las estadísticas que existen hasta el momento:

- ASPIRINA. Produce náuseas, vómitos, hemorragias gastrointestinales, diarreas, úlceras, acidosis, ruido en los oídos, sordera, exceso de sudor, fiebre, sed, visión nublada, erupciones en la piel, palpitaciones del corazón, alucinaciones, delirio, funcionamiento anormal de los riñones, muerte del feto, estupor, coma, convulsiones, colapso circulatorio, reducción del azúcar en la sangre, retardación mental y la muerte. A los diabéticos les provoca irritación, dolores, vómitos y hasta sangrado en el estómago. Los alérgicos al ácido acetilsalicílico deben tener mucho cuidado también, porque les afecta el hígado, y pueden llegar a desarrollar una enfermedad hepática bastante grave. Además el consumo repetido de la aspirina puede llegar a provocar que su efecto cada vez sea menos potente y menos útil.

- ANTIBIOTICOS. De acuerdo con el Dr. Hobart Reiman, del Colegio Médico Habheman, del 15 al 30 % de todas las personas que toman o se inyectan antibióticos sufren de alguna reacción dañina a la salud y varios centenares de ellas mueren anualmente. Pueden causar los siguientes efectos secundarios: anemia aplástica, leucopenia, palpitaciones excesivas del corazón, alta presión, dolores de cabeza,  escalofríos, nauseas, vómitos, diarreas, dermatitis, mareos afecciones de los oídos, inflamación de los nervios, dolores de las coyunturas, irritación de los riñones, vista nublada, adormecimiento y sensación de alfilerazos en las manos y piernas, desórdenes de la sangre, asma, alergias, debilidad, sudor en exceso, hemorragias, daño a los nervios, dificultad al tragar, inflamación del intestino, efectos tóxicos a los riñones, al bazo, al hígado y la muerte.

- MEDICAMENTOS PARA REDUCIR EL COLESTEROL. Pueden producir hemorragias, tromboflebitis, accidentes al cerebro vasculares, cambios emocionales, afecciones en la vista, fatiga, inflamación, mareos, ruidos en los oídos, carraspera, dolor de cabeza, nauseas, vómitos, indigestión, picazón en la piel, irregularidad de la menstruación, aumentos en condiciones del corazón ya existentes, frecuencia excesiva de orinación, estreñimiento, o diarreas, pérdida del pelo, reducción de peso, temblores, nerviosidad e insomnio.

- DROGAS PARA LA ALTA PRESION. Congestión de la nariz, sequedad de la garganta, alteraciones del ritmo cardíaco, diarrea, estreñimiento, nauseas, vómito, mal funcionamiento del hígado, debilidad muscular, hemorragias, erupciones de la piel, aumento excesivo de peso, dolor abdominal, insomnio, pesadillas, somnolencia, fatiga, inflamaciones, dificultad al respirar, exceso de gases, depresión, ansiedad, síntomas de artritis, lupus, leucopenia, mareos, nerviosismo, escalofríos, dolor en el pecho y en el brazo izquierdo (angina), adormecimiento de las manos y piernas, daño en el cerebro, a los riñones y otros órganos, e impotencia sexual en los hombres.

- PILDORAS ANTICONCEPTIVAS. No deben de ser usadas por personas que sufren de alta presión. Puede causar dolores de cabeza, migraña, epilepsia, daño al sistema nervioso, caída del pelo, daño al hígado, apoplejías, tromboflebitis, embolia pulmonar, afecciones a los ojos, anemia, picor en la piel, complicaciones de condiciones ya existentes en el corazón, tumores cancerosos, frialdad sexual, diabetes, esterilidad, aumento de la tensión arterial, aumento de peso, del volumen plasmático y debilitamiento cardíaco, también causa un efecto directo sobre la reabsorción tubular del sodio y agua, alteración de los mecanismos de la coagulación, aumento de los triglicéridos, formación de cálculos biliares, tumores del hígado benignos y malignos.

- PILDORAS TRANQUILIZANTES. Producen degeneración en los músculos del corazón y de las venas y arterias, destrucción de los glóbulos rojos, aumento en el tamaño del hígado y del bazo, depósito de grasa en el hígado, en los riñones, en los pulmones, en el corazón. Cataratas, falta de coordinación y debilidad muscular, adormecimiento, inseguridad al caminar, temblores, desórdenes de la sangre, miopía, aumento de apetito y de peso, menstruación irregular, nauseas, vómitos, baja presión, mareos convulsiones, vista borrosa, dolor de cabeza, resequedad de la boca , palpitaciones excesivas del corazón, calambres, fogajes, disturbios mentales, temblores, alergias, fiebre, inflamación de las venas, parálisis de los músculos, mal funcionamiento del corazón, formación de dependencia psicológica, lleva al suicidio y la muerte.

- HORMONAS INTRAVENOSA Y PILDORAS PARA LA MENOPAUSIA. Incrementa el riesgo de cáncer endometrial, cáncer cervical y vaginal, problemas congénitos, induce a los neoplasmas malignos, administrada por mucho tiempo aumenta la frecuencia de carcinomas del seno, endometrio, cerviz, vagina, hígado, vejiga, riesgo de tromboembolia vascular, adenoma hepático, presión sanguínea alta, hipercalcemia, retención de líquidos, depresión mental, problemas genitourínarios, cambios en el período menstrual, dismenorrea, sindrome premenstrual, candidiasis vaginal, problemas gastrointestinales, náuseas, vómito, melanoma, eritema, erupción de la piel, endurecimiento de la cornea, dolores de cabeza, migraña, aumento o disminución de peso, reduce la tolerancia a los hidratos de carbono, edemas, cambio en el libido, riesgo a infarto del miocardio, embolia pulmonar, tromboflebitis, intolerancia a los lentes de contacto, mareos y la muerte.
De acuerdo con las conservadoras estimaciones publicadas en Journal of the American Medical Association, más de 120.000 personas mueren cada año a causa de los efectos adversos de los medicamentos (Starfield, 2000. Cita del autor). No obstante, un estudio más reciente basado en los resultados de un seguimiento de diez años de las estadísticas gubernamentales revela que las cifras son aún más descorazonadoras (Null, et al., 2003. Cita del autor). Este estudio concluye que las enfermedades iatrogénicas son la primera causa de muerte en Estados Unidos y que las reacciones adversas a los fármacos recetados son responsables de más de 300.000 muertes al año. Si a los cercanos 400.000 muertos por iatrogenia en los Estados Unidos sumamos las muertes producidas por la misma causa en Europa, más las de los países avanzados, mas las del llamado tercer mundo, estamos hablando de millones de muertes al año por ingestión de medicamentos.

Estos datos estadísticos son abrumadores, en especial para una profesión cuyo objetivo es curar y que ha desdeñado con arrogancia los tres mil años de la medicina oriental y los suplementos nutricionales naturales.
Está claro que las multinacionales farmacéuticas sacan un enorme beneficio de esta situación, ejerciendo un control sobre la población, gobiernos, profesión médica y su ejercicio. Los médicos no pueden alegar ignorancia, pues datos y estadísticas son públicos y el día a día de su ejercicio profesional les muestra con claridad la realidad.

El juramento hipocrático que dice que "lo primero es no hacer daño al paciente" se incumple porque se les enseñan a depender de protocolos y de fármacos. Los descubrimientos de la biología celular, de la física cuántica y otras ciencias de vanguardia que cambian diametralmente la visión de lo que es un ser humano, no se han integrado con certeza a la nueva visión cientifica, avanzada y real que debe prevalecer.

Aquí le aportamos otros datos de interés:

- Según un informe sobre los ingresos hospitalarios provocados por las intoxicaciones con fármacos en Estados Unidos, dirigido por Jeffrey H. Coben, de la Universidad de West Virgina, en Estados Unidos las muertes por intoxicaciones de medicamentos entre personas de más de 35 años superan a las muertes de accidentes de tráfico.

- En un estudio publicado en Estados Unidos a finales del año 2010, por una organización no lucrativa bajo el título “Death by Medicine” , se llegó a la conclusión de que la medicina causa más daño que beneficio. En el año 2001, de 278 millones de personas, 8,9 millones fueron hospitalizados innecesariamente y 2,2 millones de esos hospitalizados sufrieron reacciones adversas causadas por los medicamentos administrados en los hospitales. En 2003, según fuentes hospitalarias, se llevaron a cabo 7,5 millones de intervenciones médicas y quirúrgicas innecesarias. En Estados Unidos, durante un año murieron 783.936 personas, todas ellas causadas como reacción a medicamentos en hospital o fuera del hospital, malnutrición, errores médicos, infecciones, procedimientos innecesarios, problemas en cirugías, etc.

- Según el gobierno de Estados Unidos, después de la mariguana, las drogas recetadas son los narcóticos de mayor uso en Estados Unidos, y  la epidemia de sobredosis ya supera las epidemias del pasado de cocaína, crack y heroína black tar. El Centro de Control de Enfermedades (CDC)Señala que más de 27 mil personas murieron por este tipo de sobredosis en 2007, un incremento de más de 5 veces desde 1990 para llegar a su nivel más alto.

- El Dr. Dale Console - anterior Director Médico de los laboratorios Squibb dijo: "Los médicos y el público están continuamente sujetos a una enormidad de nuevas medicinas, algunas sin valor y otras con gran potencial para hacer más daño que bien".

- El Dr. D.G. Fried - de la Universidad de Harvard dice: "De más de 8,000 medicinas disponibles para el médico, es casi imposible tener información para seleccionar las que debe de usar con sus pacientes".

- El Dr. Wolff - Director de Investigaciones del Washington Hospital Center, ha reportado que "la mayoría de las medicinas que recetan los médicos hacen más daño que bien".
Es imperativa la necesidad de cambiar el sistema que impide a la comunidad médica informar de estos incidentes, ya que en la información también reside el problema.
Todos los estudios mencionados sobre estas reacciones adversas, ya sea hospitalarias, o a medicamentos, coinciden en dos cosas importantes: la importancia del problema y la necesidad de cambiar la “cultura médica” al respecto. Diversos estudios exponen la reticencia de la profesión médica a informar de esos errores y, si ellos no dan el paso, las profesiones del ámbito circundante tampoco lo harán.
Lo sabemos todos. Lo sabe la industria farmacéutica, lo saben los médicos, lo sabe el estado y lo saben las propias víctimas: los enfermos. Cuide usted mismo su salud.

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