Las conexiones neuronales del cerebro animal y los filamentos que forman los cúmulos de galaxias tienen un asombroso parecido que nos hace pensar que el universo es un enorme cerebro diseñado para tomar consciencia de sí mismo y procesar información
Esta ilustrativa comparación entre la
conectividad neuronal de un ratón y un cúmulo de galaxias, nos hace
ahondar en la profunda intuición de que existe una correspondencia
formal entre todas las cosas del universo, una fractalidad cósmica, que
hace honor a la máxima hermética: “como es arriba, es abajo”. También
nos hace explorar la posibilidad, por el mero encanto de las formas y
la sublimación de los espejos, de que el universo en sí mismo sea un ser
consciente y que su marcoestructura sea similar a la microestructura de
un cerebro (diseñado para procesar información). Quizás el principio
fundamental del universo, antes que la energía o la materia, es la
información, y esta misma información se manifiesta, se representa de
forma en la que pueda ser transmitida en todo el sistema de la forma más
eficiente, posiblemente en todas partes al mismo tiempo, a la velocidad
de la luz (a la cual el tiempo deja de pasar).
Nuestras nueronas son estrellas; nuestra sinapsis es una galaxia; nuestro cerebro es el universo.
Sobre esta azogada (y mística) semejanza entre la red neuronal y la red galáctica, Jay Alfred escribió:
Las galaxias
visibles en el universo no están aisladas ni desconectadas, sino están
entretejidas por una estructura o red de filamentos que es la materia
oscura que sirve como andamiaje del universo. Esta estructura en forma
de red es una carcterística tanto de la materia oscura como del plasma
magnético. La apariencia de esta red tiene un asombroso parecido con una
disección del cerebro (ver imagen al principio de la entrada y hacer
zoom).
Pero no sólo es la
morfología (aspectos estructurales) de la estructura del universo a
grandes escalas la que es similar al cerebro humano, sino también la
fisiología (las funciones). Estos filamentos transportan corrientes de
partículas cargadas (iones) a lo largo de grandes distancias que generan
campos magnéticos, al igual que una fibra nerviosa. Y forman circuitos,
al igual que los circuitos neuronales en el cerebro.
El alto grado de
conectividad es lo que distingue al cerebro de una computadora
ordinaria. La conectividad también es notable en la red cósmica. Las
galaxias se forman cuando estos filamentos se cruzan entre sí. Un cúmulo
(nexus) de filamentos provee la conectividad para transferir no sólo
energía sino información de un núcleo galáctico a otro.
Fuente: PijamaSurf
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