Nuestra percepción de la realidad no es la realidad. Depende del camino que toma la conciencia.
El ser humano actual cree que su percepción de la realidad es la verdadera realidad, una inmensa ilusión que lo mantiene prisionero de la insatisfacción y del sufrimiento en todas sus formas.
Cuanto más clara y exacta es nuestra percepción de la realidad, más poder y libertad tenemos. Cuanto más sesgada, estrecha y deformada es, más difícil es vivir con armonía.
La evolución humana depende de la forma en que evoluciona nuestra capacidad para percibir tal como es la realidad última, fundamental, del universo; y de responder a ella de manera inteligente.
La calidad de nuestra percepción depende del camino que tome la conciencia en el interior del filtro mental. Filtro estrecho y tosco (circuito inferior)=percepción aproximada = caos, vida primaria y difícil. Filtro amplio y claro(circuito superior) = percepción correcta = coherencia, plena realización.
La calidad de nuestra experiencia de la realidad depende de la calidad de nuestra percepción de ésta, así pues, del contenido del filtro (o de la parte del filtro utilizada).
Nivel de conciencia más o menos elevado = percepción más o menos clara de la realidad = consecuencias más o menos dichosas para nosotros mismos y para el planeta.
Dos niveles de conciencia = dos niveles de percepción= creación de dos mundos diferentes (tanto en el interior como en el exterior).
El mundo manifestado en el que vivimos es expresión del nivel de conciencia colectivo. Cuanto más se eleva éste, más creamos un mundo de coherencia y de armonía.
Extracto del libro El maestro del corazón de Annie Marquier
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aquí