Una nueva investigación de la Universidad de Harvard ha descubierto que el consumo de alimentos enlatados aumenta la cantidad de bisfenol A presente en la orina, en una cantidad del 1200% superior a que si se hubiesen consumido alimentos frescos. El estudio lleva el título de “Uno de los primeros estudios en cuantificar los niveles de bisfenol A tras la ingestión de alimentos enlatados”. El estudio trata de establecer una relación entre el cáncer y la ingestión de bisfenol A.
La investigación aparece publicada en la revista
Journal of the American Medical Association* del mes de noviembre. El
bisfenol A se ha relacionado con varias enfermedades, entre las que se
incluye el cáncer de mama o infertilidad. Se han realizado unos 130
estudios sobre la relación entre el bisfenol A y el cáncer de mama,
muchos de los cuales han observado esta relación.
Gran cantidad de envases llevan en su composición bisfenol A
La cantidad de bisfenol A presente en los alimentos enlatados puede superar al de los recipientes de plástico.
Los investigadores de Harvard no sólo han
encontrado una enorme cantidad de este producto en los alimentos
enlatados, sino que también ha comprobado los niveles existentes de
bisfenol A en las botellas de agua y otros recipientes de plástico.
Y lo que encontraron es bastante chocante: los
alimentos enlatados suponen un mayor riesgo para la salud que muchos
envases de plástico, ya que contienen niveles muy altos de bisfenol A.
Hay que tener en cuenta que el consumo de alimentos enlatados está muy
generalizado en todo el mundo, formando parte de la dieta básica de
muchas personas.
“Ya sabíamos que tomar bebidas almacenadas en
envases de ciertos plásticos aumentaba la cantidad de bisfenol A
presente en el organismo”, dijo el autor principal del estudio
Jenny L. Carwile, un estudiante de doctorado en el Departamento de
Epidemiología de Harvard School of Public Health. “Este estudio nos viene a decir que consumir alimentos enlatados supone un mayor riesgo, ya que su uso está muy generalizado”.
El estudio examinó a 75 personas para que consumiesen
sopa fresca durante 5 días seguidos. Se les dijo que siguieran sus
hábitos normales de alimentación. Después de un descanso de 2 días, las
personas consumieron sopa enlatada. Los análisis de orina mostraron que
después de consumir sopa enlatada aumentaban los niveles un 1221%,
frente al período en que habían consumido sopa fresca.
Con el fin de exponerse a altos niveles de bisfenol
A, es mejor preparar las comidas con ingredientes frescos y evitar los
alimentos enlatados. Sin embargo, también conviene informarse de si las
distintas marcas de alimentos enlatados llevan o no bisfenol A en el
recubrimiento interior del envase.
Fuente: Noticiasdeabajo
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